viernes, 20 de julio de 2012

Cómo el “mundo verdadero” acabó convirtiéndose en una fábula VI


El engaño y el autoengaño.
Lo que nos dice Robert Kurzban del engaño es que los humanos somos criaturas evolucionadas, como cualquier otra especie del planeta, y la evolución es un proceso competitivo. Sería chocante si los humanos no intentáramos engañarnos los unos a los otros, porque al fin y al cabo hemos evolucionado para competir con los que nos rodean. En parte, la competitividad se basa en intentar convencer a los demás de cosas que no son ciertas. El engaño forma parte del tejido constitutivo no solamente de las interacciones humanas, sino también de las que imperan entre el resto de animales. Algunos peces abisales tienen una pequeña parte de su anatomía que agitan como si fuera un pequeño gusano ante su cara, y eso atrae al resto de pececitos, que piensan "allí hay comida" y, en cuanto se acercan, son devorados. Por tanto, el engaño forma parte integral de lo que supone ser el producto de la evolución...
El autoengaño: albergar creencias falsas puede ser útil para convencer a los demás sobre algo que queremos que crean, o puede volverse una ventaja si logramos que la otra persona crea algo así. Se suele pensar que se es mejor profesor de lo que se es, más guapo de lo que se es... ¿soy yo que me engaño a mí mismo? ¿O solamente soy yo equivocándome de un modo interesante?
La mente tiene varios módulos y muchos de ellos no comparten información, pero ¿se trata de un defecto o somos imperfecto por naturaleza?. Robert Kurzban explica que la evolución nos moldeó de manera tal que funcionamos mejor si algunos módulos de nuestra mente no se enteran de lo que otros módulos están haciendo. Algunos módulos son más eficientes si tienen información equivocada de la realidad. Solemos pensar que somos mejores profesores que la media, que somos más guapos o los mejores conductores de la carretera (incluso los que van al hospital por haber causado un accidente se creen mejores al volante que los demás)... (veremos en el vídeo del final el ejemplo donde no sabemos reconocernos entre varias fotos manipuladas digitalmente, de una foto se sacan copias de la imagen con alteraciones sutiles, algunas para que parezca mas fea la imagen y otras más bonita, después se pide cual es la foto sin retoques y casi nadie acierta, todos eligen fotos en las que se sale mejorados). Vivimos equivocados sobre nosotros mismo, no somos tan guapos ni conducimos tan bien como creíamos, pero estar equivocados es bueno para nosotros o nuestros genes, esto lo llama Kurzban "errores estratégicos". En un entorno donde las relaciones sociales son fundamentales para la supervivencia como en el caso de nuestra especie tener una imagen sobre-evaluada de nosotros mismos nos ayuda a conseguir mejores parejas, amistades más generosas... todo esto son ventajas que nos ayudan a tener más descendencia, por ello la evolución ha seleccionado a quien cometía estos errores estratégicos eliminando a quienes tenían una visión más correcta de la realidad.


1 comentario:

Clara dijo...

Los errores estratégicos parece ser que ayudan a la supervivencia,la fabulación nos da seguridad,pero creer que somos mejores nos enfrenta a frustración constante
.....como siempre,el post nos deja con la boca abierta y con deseos de aprender. Un abrazo