martes, 22 de septiembre de 2009

LA FELICIDAD DEL SOL

.…Allí gozó de su espíritu y de su soledad y durante diez años no se cansó de hacerlo. Pero al fin su corazón se transformó, - y una mañana, levantándose con la aurora, se colocó delante del sol y le habló así:
«¡Tú gran astro! ¡Qué sería de tu felicidad si no tuvieras a aquellos a quienes iluminas!...”



EL SILENCIO
Yo que crecí dentro de un árbol/
tendría mucho que decir,/
pero aprendí tanto silencio/
que tengo mucho que callar/
y eso se conoce creciendo/
sin otro goce que crecer,/
sin más pasión que la substancia,/
sin más acción que la inocencia,/
y por dentro el tiempo dorado/
hasta que la altura lo llama/
para convertirlo en naranja./

Pablo Neruda


¿Es feliz EL SOL?
Observemos la manifestación de Los Girasoles de Vincent Van Gohg o del Waterloo Bridge de André Derain…



Visto en carmensabes.blogspot.com/2009_03_09_archive.html

Imposible no dejar que Pablo Neruda tome de nuevo la palabra:
“…Si la flor a la flor entrega el alto germen/
y la roca mantiene su flor diseminada/
en su golpeado traje de diamante y arena,/
el hombre arruga el pétalo de la luz que recoge/
en los determinados manantiales marinos/
y taladra el metal palpitante en sus manos.”
Para los Amantes, Artistas, Filósofos, Buscadores del Saber y Místicos que leen estas notas, para los cuales están ofrendadas; para todos aquellos que “han crecido dentro de… sin otro goce que crecer,/ sin más pasión que la substancia/ sin más acción que la inocencia/” lo anteriormente expuesto ya sería suficiente…(*)
Pero una vez empieza la fiesta de la filosofía es imposible sustraerse a la pasión de la celebración, en este caso, del crepitar incesante y frenético de las vibraciones de luz desde el centro de este sistema planetario.
Y Zaratustra es la encarnación de la celebración, sus palabras antes que un razonamiento son UNA FIESTA.
Una fiesta donde el sol es protagonista como lo viera también el pintor Wassily Kandinsky:
“El sol derretía Moscú en una sola mancha que, como una maravillosa tuba, transformaba todo su interior en una sola alma en vibración. No, ¡esa roja unidad no es la hora más hermosa! Es tan solo el acorde final de una sinfonía que lleva cada color hasta su existencia suprema, que induce a Moscú a sonar como el fortefortíssimo de una orquesta gigantesca.”

«¡Tú gran astro! ¡Qué sería de tu felicidad si no tuvieras a aquellos a quienes iluminas!...”




Paso de largo por esa fantástica relación entre la luz solar y la serotonina, entre frecuencias de ondas de luz y neuronas e intensidades de felicidad.
Este éxtasis de volver a sentirse y ser el universo mismo marca el salto de la SUPERACION de más de dos mil años de la triste megametáfora o camisa de fuerza del idealismo platónico.
Primero el universo, luego el sol, después la vida en la tierra, le sigue el ser humano y con ello los efluvios de FELICIDAD.
Todos estos hechos tienen un vínculo que los entreteje, son manifestaciones de un mismo evento universal.
¡Primero el mar, luego las olas y después la exuberancia de LA ESPUMA…¡
¿Dónde se queda la no menos real y extensa tristeza?
En el lugar que le corresponde, en el fracaso del alcance de la misma felicidad, en una de las amargas dimensiones de la indagación constante para alcanzar la dicha.
La felicidad es el propósito, NO la tristeza.
Todos hacemos carrera para llegar a ser felices, nadie trabaja a conciencia para ser un desgraciado.
Aprovecho para hacer notar que la felicidad no sería el fin último de lo humano, esta sería un último peldaño para llegar luego al verdadero estado de la realización humana.
Tristeza…felicidad…y todavía queda algo más…impronunciable…donde el conocimiento y las palabras no funcionan, solo atisban…
aprendí tanto silencio/ que tengo mucho que callar/…
Ese algo impronunciable tiene una presencia muy dinámica que trasciende al mismo espacio y al mismo tiempo y se sale de todo pensamiento.
Ustedes poetas y artistas sienten y saben de lo que ahora hablo.
Ese algo mas allá de la felicidad misma, está ahí en el aroma y en la distancia CUANDO la flor a la flor entrega el alto germen, cantando DONDE la roca mantiene su flor diseminada en su golpeado traje de diamante y arena, vibrando hasta el frenesí EN ESE arrugado pétalo de luz por el ser humano que ha recogido en los determinados manantiales marinos. En lo relampagueante de la hora más hermosa o en la venia más pura de un acorde final.
Quienes han llegado a ese nivel máximo de plenitud y de existencia saben que ya no queda mas nada por alcanzar, han trascendido la vida misma y con ello la misma muerte…¿y entonces?...es el momento de mirar atrás, o hacia abajo como le gusta decir a Zaratustra y “…regalar y repartir hasta que los sabios entre los hombres hayan vuelto a regocijarse con su locura, y los pobres, con su riqueza.”

Es el momento en que Zaratustra “…quiere volver a hacerse hombre.”

(*)… esta lectura del Zaratustra es para los Amantes en un primer lugar…un manual a corazón abierto para poetas!