¿Cuál
es la idiosincrasia de los filósofos, preguntáis?...
Su falta de
sentido histórico, por ejemplo; su odio hacia cualquier
representación del devenir, su «egiptismo».
Creen hacerle un favor
a algo cuando lo sacan de la historia, sub specie aeterni, cuando
hacen de ese algo una momia.
Todo lo que los filósofos desde siglos
han manejado no es más que conceptos-momia.
Nada realmente vivo sale
de sus manos.
Sólo matan y disecan; esos idólatras del concepto,
cuando adoran, son un peligro para la vida de todas las cosas.
La
muerte, el cambio, la vejez, como el alumbramiento y el crecimiento,
son para ellos objeciones, o más bien refutaciones.
Pero como no se lo pueden apropiar, buscan
las razones de por qué se les escapa. «Debe de haber un espejismo,
un engaño, que nos impide percibir el ser: ¿dónde se esconde el
engañador?» «Ya lo tenemos», gritan contentos: «es la
sensualidad».
Los sentidos -tan inmorales- nos engañan acerca del
verdadero mundo; en consecuencia, hay que desembarazarse del
testimonio de los sentidos, del devenir, de la historia, de la
mentira (la historia no es sino la creencia en los sentidos, la
creencia en la mentira).
Hay que decir que no a todo aquello en que
nos hacen creer los sentidos, negar hasta la última partícula de
nuestra humanidad, nuestra bajeza de «hombre común».
Ser filósofo
equivale a ser momia, defender el monótono-teismo con una mímica de
enterradores.
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"ESTOY CONTRA EL GUSTO DE MAS DE 2000 AÑOS" F. Nietzsche. ESTA LECTURA DEL ZARATUSTRA ES PARA AMANTES EN PRIMER LUGAR...UN MANUAL A CORAZON ABIERTO PARA POETAS...
viernes, 16 de noviembre de 2012
La «razón» en la filosofia
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